El mejor regalo que les puede brindar Jeniffer Villegas a sus padres es graduarse en la carrera de biología en los Estados Unidos para que ellos se sientan orgullosos que el Sueño Americano alcanzado valió la pena. “Mis padres hicieron todo el esfuerzo para darme una mejor educación”, resaltó la joven con lágrimas en sus ojos.

Artemio supuso que como inmigrante en los Estados Unidos no tenía derecho a una compensación laboral tras sufrir un accidente que casi lo deja paralitico. Recuerda que en plena faena se le cayó un contenedor de concreto en la espalda. Su recuperación tardó 15 días luego de ser operado de urgencia. No se atrevía a presentar una demanda contra la compañía por temor a ser deportado. Sin embargo, a raíz de este hecho, los beneficios laborales de los indocumentados fueron indiscutibles. Su historia corrió como polvera.

Mariana Carrasco y su familia nunca pensaron que el Sueño Americano por la cual lucharon se convertiría en una tragedia. Enfrentaron un robo en su vivienda, estuvo a punto de perder a su bebé en proceso de gestación y casi deportan a su esposo cuando ICE lo sorprendió en su casa. A pesar de estas circunstancias, la familia no se rindió por nada del mundo y nos cuenta como superaron el peligro en los Estados Unidos.

María Méndez es una joven venezolana que a su corta edad ya entendía que para hacer realidad sus sueños había que esforzarse y trazarse metas. Llegó a los Estados Unidos a los 13 años junto a sus padres para emprender un nuevo camino y con la ilusión de estudiar Bellas Artes. Tras no contar con el dinero suficiente, ella y su bisabuela arrancaron con el negocio de los postres ganando hasta 150 mil dólares por evento, lo cual le serviría para costear su formación artística. Sin duda alguna, su actitud es una verdadera inspiración.

Buscando alternativas económicas para pagar sus estudios universitarios, el joven mexicano Jesús Lara fue beneficiado con becas estudios para cursar la carrera de ingeniería mecánica en el Instituto Tecnológico de Georgia de Estados Unidos. Cuenta que a sus padres se les hacía difícil pagar tanto dinero, por lo que aplicó a ocho becas de las cuales fueron acreditadas cuatro, obteniendo los recursos necesarios para seguir adelante sin tropiezos y con metas firmes.

Ejercer la labor de electricista en los Estados Unidos fue un gran reto para Juan Manuel Rodríguez, quien tuvo que adaptarse a las exigencias y a la competitividad del mercado. Llegó hace 18 años a Norteamérica donde ha construido su propia camino basado con honestidad y responsabilidad. Su mayor sueño es comprar una casa grande para estar más cómodo con sus seres queridos, manteniendo la esperanza que con trabajo conseguirá el cambio verdadero.

Jakeline García fue testigo como el cáncer de matriz acabó con el espíritu y las ganas de salir adelante de su madre, ahora radicada en los Estados Unidos quiere estudiar ginecología para ayudar a otras mujeres a superar la enfermedad. Para concretar su meta, la joven salvadoreña trabaja como plomera en casas residenciales, ahorrando 5.500 dólares para sus estudios. Se engancha en este mensaje; “voy hacer una campeona como mi madre”.

El mexicano Gonzalo Marques se hizo multimillonario en los Estados Unidos con un presupuesto de dos mil dólares, a raíz de esta experiencia escribió un libro llamado “Riqueza Infinita”, a través de cual busca orientar a la comunidad hispana a enfocarse en las oportunidades, vencer los obstáculos, hacer dinero, y lo más importante descifrar la clave del éxito como punto de partida.

Las razones económicas obligaron a la mexicana Rosalba Morales a emigrar a los Estados Unidos junto con su familia sin dinero y sin dominar el idioma inglés, pero estas carencias no fueron una barrera para empezar una nueva vida en tierras de oportunidades. Lo que más le animaba era brindarle una educación universitaria de calidad a sus hijas, méritos que ella no tuvo en su infancia por algunas carencias. Esta es su historia.

Para el mexicano Juan José Millán no fue fácil su estadía en los Estados Unidos. Recordó que la ICE lo detuvo delante de su esposa por no contar con los documentos en reglas y lo trataron con un delincuente. Desafió la cárcel y hasta una posible deportación que casi arruina sus planes de superación. Tuvo que pagar 900 dólares de fianza para reencontrarse con su familia. De este trance salió fortalecido, dispuesto a seguir batallando por su futuro.